El Combate de Angamos

El Combate de Angamos

El Combate Naval de Angamos se libró el 8 de octubre de 1879, durante la fase naval de la Guerra del Pacífico. La Armada de Chile estaba comandada por el Capitán Galvarino Riveros y el capitán Juan José Latorre, mientras que la marina de Guerra del Perú estaba bajo el mando del almirante Miguel Grau Seminario, quien murió en combate. En este combate se enfrentaron los buques peruanos Monitor Huáscar y La Unión contra los buques chilenos blindados Cochrane, Blanco Encalada, O'Higgins y Covadonga.

Antecedentes del Combate de Angamos

Después del combate naval de Iquique, el acorazado peruano Huáscar hizo varias incursiones desafiando el dominio naval chileno, atacando a los puertos chilenos a lo largo de su costa y capturando sus transportes.

El Plan de Chile era lograr la supremacía naval antes a invadir el territorio boliviano y peruano, porque necesitaban una ventaja logística necesaria para lanzar una campaña terrestre. El Monitor Huáscar impedía que la Armada chilena tomara el control del mar, debido a esto los buques chilenos no podían hacer ningún intento de desembarcar tropas. Con el fin de terminar la etapa naval de la Guerra del Pacifico, los chilenos planearon capturar o destruir al Huáscar.

El Gobierno de Chile decidió acelerar la campaña naval para obtener el dominio del mar a fin de iniciar las operaciones en tierra con el apoyo logístico de la Armada naval chilena

Las Correrías del Monitor Huáscar

El 1 de octubre, el Comandante en Jefe Galvarino Riveros citó a sus oficiales a un Consejo de Guerra donde se decidió cazar el buque peruano Huáscar en Arica. Pero el mismo día, Grau ordenó navegar para hacer una incursión sobre las costas chilenas hasta Coquimbo, junto a la corbeta Unión. Los buques chilenos al mando de Galvarino Riveros navegaron cerca a la orilla, y Grau lo hizo en mar abierto, ambas formaciones navales se cruzaron sin ver entre sí.

El Ministro de Guerra chileno Rafael Sotomayor concibió un plan consistente en la división de sus fuerzas navales en dos grupos; la primera comandada por Juan José Latorre Benamente con los buques Cochrane, O'Higgins y Loa, para moverse perpendicularmente a la costa de Mejillones, mientras que la otra división comandada por él conformada por los buques Blanco Encalada, Covadonga y Matías Cousiño zarpó hacia Antofagasta para observar y defender la ciudad. Así, si el Monitor Huáscar trataba de atacar el puerto, sería atacado por el Blanco Encalada y los buques de guerra más pesados. Por otra parte, si Grau pasaba, Riveros lo perseguiría para evitar que se escape hacia el sur. 

Al Volver a Mejillones, el 7 de octubre se aprobó un plan para engañar a los buques peruanos. Riveros dejaría esperar a Grau en Antofagasta, mientras que Latorre establecería una formación sin barreras, como a unas veinte millas de la costa. Si Riveros veía al Huáscar, tendría que seguirlo y evitar que se retire hacia el sur hasta que Latorre pudiera atacar.

Fuerzas navales de Chile y Perú.


Chile Armada de Chile Peru Marina de Guerra del Perú
Blindados Cochrane (1874)
(Desp. 3560 t, blindaje 230 mm, Armamento principal 6 x 228 mm, Andar 12 Kn)
Blanco Encalada (1875)
(Desp. 3560 t, blindaje 230 mm, Armamento principal 6 x 228 mm, Andar 9 Kn )
Huascar (1866)
(Desp. 1745 t, blindaje 114.3 mm, Armamento principal 2 x 254 mm, Andar 12 Kn)
Corbetas O'Higgins (1868)
(Desp. 1670 t, Armamento principal 3 x 177.8 mm, Andar 10 Kn)
Union (1865)
(Desp. 2016 t, Armamento principal 12 x 162 mm, Andar 13 Kn)
Goleta Covadonga (1859)
(Desp. 630 t, Armamento principal 2 x 70 lb, Andar 7 Kn)


Desarrollo del Combate Naval de Angamos - 8 de Octubre

El 8 de octubre de 1879, cerca de Punta Angamos, la primera división de la flota chilena, encabezada por el Cochrane vio el Huáscar y a la corbeta Unión. Al darse cuenta de la trampa Grau ordeno a la Unión buscar un puerto seguro, luego el almirante Grau prepararía su barco para la batalla.

El acorazado Huáscar hizo el primer disparo a una distancia de casi 2.000 metros. Ninguno fue capaz de dañar al buque blindado Cochrane. Desde casi la misma distancia el Cochrane despidió su primera descarga de la batalla, su segundo tiro a las 10:00 golpeó al Huáscar directamente e impacto en la esquina superior derecha de la torre de mando, atravesando el blindaje y explotando en el acto, esta explosión mato al contraalmirante Grau y a su 1° teniente Diego Ferré. Con Grau muerto el comando cayó sobre el teniente capitán Elías Aguirre. 

Otros disparos en la popa del barco dejaron sin timón a la nave sin control. Varios miembros del ejército sobrevivieron a las primeras explosiones y se seguían en el control del Huáscar (Elías Aguirre, Melitón Carvajal y Diego Garzón) que llevó a una férrea batalla hasta el final. 

Otra bomba perforó la torre de artillería matando a todos sus operadores, entre ellos Elías Aguirre. El comando pasó entonces a Pedro Garezon, quien decidió junto con los restantes sobrevivientes hundir el barco antes de que sea capturado. A las 10:54 se dio la orden de evacuar a los heridos de la sala de máquinas y abrir la Grifos de fondo para que el Huáscar se hunda. Los buques de guerra chilenos, notaron que el Huáscar se hizo más lento, y emprendieron los preparativos para abordarlo. A las 11:08 horas el buque fue abordado y los marineros chilenos cerraron las válvulas con 1,2 metros de agua en la sala de máquinas. Además, varios incendios fueron extinguidos y la tripulación peruana fue transportada a los buques chilenos como prisioneros de guerra. 

Consecuencias de la Batalla Naval de Angamos

La captura del Huáscar puso fin a la campaña naval de la Guerra del Pacífico. A partir de este punto en adelante, la Armada de Chile fue el dueño y señor de los mares. El Huáscar fue reparado y utilizado como buque de la Armada chilena. La victoria decisiva en Angamos permitido el Ejército de Chile decidir libremente el curso de las acciones para atacar al Perú y neutralizar a Bolivia. Actualmente el Huáscar se conserva como un museo flotante en el puerto de Talcahuano, en chile. 

Aniversario del combate de Angamos 

En esta fecha se recuerda el heroísmo del Contraalmirante Miguel Grau, y de los héroes en el combate de Angamos donde ofrendaron su vida en defensa de la patria, este fecha es el Día de la Marina de Guerra del Perú y de todos las personas que han seguido el digno ejemplo de Miguel Grau Seminario llamado también "El caballero de los Mares" que luchó en defensa de su país y se inmortalizo un 8 de octubre de 1879.

Foto: Publicación del Centro Naval del Perú - octubre 1979

Miguel Grau Seminario

Miguel Grau Seminario
Nació el 27 de julio de 1834, en San Miguel de Piura, sus padres fueron el colombiano Juan Manuel Grau y Berrío y doña Luisa Seminario del Castillo. El 14 de mayo de 1854 ingresa a la Marina de Guerra como guardiamarina, donde escaló posiciones rápidamente.

El 12 de abril de 1867, en la parroquia del Sagrario, contrae matrimonio con doña Dolores Cavero y Núñez. El 4 de diciembre de 1868 es nombrado comandante del monitor Huáscar y el 25 de julio del mismo año es ascendido a capitán de navío.

También en el año de 1868 es elegido diputado suplente, su actividad política fue tan efectiva que se le llegó a vocear como precandidato presidencial para las elecciones de 1880.

El 16 de mayo de 1879, al mando del Huáscar, sale rumbo a Arica y el 21 hunde en el puerto de Iquique a la corbeta Esmeralda, captura naves y lanchas; corta el cable submarino, incomunicando al enemigo, tiene encuentros con la escuadra enemiga y regresa victorioso al Callao a reparar su nave.

Nuevamente en julio interviene en combates, captura al transporte Rimac y realiza actividades contra la costa chilena,también bombardea poblados fortificados y sostiene dos combates en Antofagasta y dos en Iquique.

Fallece el 8 de octubre de 1879, debido a una bomba chilena que impacta en la torre de mando del Huáscar, inmediatamente el teniente Gárezon ordenó que abrieran las válvulas del monitor, para que se hundiera, pero fue abordado por los chilenos.

Sus pocos restos se depositan en Chile, en la capilla funeraria de la familia Viel, para luego ser traídos al Perú y ser depositados en la Cripta de los Héroes de la Guerra de 1879.

Día de la Primavera

Cada 23 de septiembre se celebra el inicio de la estación más mágica del año: la primavera. Y no solo eso, también es una fecha oportuna para festejar la amistad y la juventud. La analogía no puede ser mejor: la naturaleza renace mostrando su armonía y la juventud, llena de energía, proyecta el mejor momento en la vida de un ser humano para realizar todo con optimismo.

También se ve a la primavera como la estación más enamoradiza del año. El amor y la amistad son dos palabras que siempre se tienen presentes en los discursos ofrecidos por los colegios y demás instituciones los 23 de septiembre. Lo cierto es que no son apreciaciones subjetivas sino más bien están ligadas con la aparición del calor y el embellecimiento de la naturaleza, dos factores que propician la mayor relación entre las personas. ¿Quién alguna vez no ha aprovechado la primavera para salir de la ciudad al campo? Luego de tanto invierno – al menos después de este 2008 friísimo en la costa del Perú – es rico salir de paseo aunque sea un domingo de primavera para gozar de las flores y las mariposas, de los pajaritos que cantan más temprano, del sol que calienta pero no quema…

Digamos que hoy el Perú es un país joven que pasa por la mejor de sus primaveras. Se sabe que estamos en una etapa de crecimiento económico y que además la identidad nacional se está consolidando como nunca antes. Los peruanos demostramos que el mundo puede ser nuestro si queremos, vemos el lado optimista de las situaciones y esto nos hace “eternos seres primaverales”, idealistas y luchadores. Sigamos dándole por el lado amigable a todo lo que se nos presente y vamos a tener dentro de muy poco una nación sólida como las piedras en las que se forjó el gran imperio de los Incas.

No por nada tenemos al norte del país la ciudad de la eterna primavera: Trujillo y más arriba está Chiclayo, la capital de la amistad. Son dos pruebas más de la riqueza cultural, natural y espiritual que Dios le ha entregado a esta gran nación.